De hielo

Él la amaba incluso cuando la punta de su nariz enrojecía rápidamente al salir a la calle, incluso cuando le pasaba las manos frías por el cuello e incluso cuando acercaba los pies congelados a sus piernas a la hora dormir.
Él la amaba incluso en el frío invierno,
pero ella prefería el amor de verano.

dicen...

Quizá tu felicidad y
la mía estén condenadas al fracaso;
pero cada vez que fundes tus yemas en mis mejillas
siento un escalofrío instantáneo.

Así que yo me dejo llevar por tu risa en mis labios
tu aliento en mi pelo
tu calor en mi espalda
tu olor en el cuello...

#12

Te dejo agarrarte a mis vértebras
siempre y cuando yo pueda enredarme en tus costillas.