23.10.18

#32

el número de veces que cambio mi foto de whatsapp es directamente proporcional al ritmo del vaivén de mis emociones.

19.10.18

te cambio estabilidad por corazón

Tengo el cerebro en un estado extraño de calma y tormenta. A la vez. Como siempre me pasa. Los dos extremos, a la vez. Así que pongo en pausa Spotify –no puedo procesar más información de la que ya tengo dentro- y tecleo despacio porque no sé muy bien qué es lo que pasa, qué es lo que quiero decir. Como siempre, también, se repite el “no sé”.

Tengo la sensación de que voy a escribir mil cosas dirigidas a mí, otras dirigidas a ti, otras dirigidas a ellas, a ellos. A todos. Pero no nos engañemos… es probable que cuando lleve dos párrafos ya me haya atascado y lo deje. Porque me cuesta poner tanta idea en orden. Me frustra no saber comunicarlo. Y, bah, lo dejo.

El caso es que creo que he aprendido todo lo que, por ahora, tenía que aprender. Esta no ha sido la etapa más dura, ni la más depresiva. Ese sin duda fue el año post-Ponyo. Pero sí que ha sido la etapa que más desnuda me ha dejado. Romper con toda mi vida anterior y empezar casi de cero con otra gente, en otra ciudad… me ha puesto frente a frente conmigo misma. Me ha descolocado de arriba abajo todos los esquemas. Todo lo que pensaba que era. Lo que pensaba que quería, que necesitaba. Y me ha costado, ya te digo que si me ha costado, aceptar quien soy ahora, en este momento. Aceptar que tengo miedo. Aceptar que me siento sola. Aceptar que necesito atención. Aceptar que necesito ayuda. Aceptar que me pierdo. Aceptar que me obsesiono. Aceptar que a veces me pierde el control. Que me desquicio. Que me desespero. Aceptar que me cuesta aceptar. Y ver que, todo eso, está bien. Que no es malo tener miedo, pedir ayuda. Tener zonas erróneas o heridas que sanar. Que lo malo es fingir que no están. Lo malo es forzar. Ocultar. Mentir. Ser alguien que, ahora mismo, no soy.
Y que no estoy rota, solo en continuo cambio. En proceso de mejora.

Y, sabiendo todo esto, me sale preguntar: ¿podrías, entonces, hacerme feliz? Sabiendo que vivo en una constante canción indie. Triste y alegre a la vez. Con ritmillo y a veces sin él. Algo depresiva, pero con muchos destellos de luz. Sabiendo que:

“Déjame llorar que estaba escrito en mi destino, que el frío llegará y yo no tendré puesto el abrigo”
“Ojalá supiera separar aquello que es real de las (des)ilusiones ópticas”
“He llegado hasta aquí y no sé cómo seguir ni dónde están las señales, si es que están…”
“No tengo valor para volver, ni para seguir, ni de fingir”
“Empiezo a quererte, empiezo a pensar que no hay un día que no quiera verte”
“… y con las ganas que ahora tengo de follarte”
“sexo ligero, agua fresca, zumo de fruta y café”
"quiero ver tus ojos negros desnudándome en la noche y besar tu cuerpo hasta el amanecer. quiero despertar tus sueños, desarmar tus lados malos, asaltar tu cielo hasta que caiga el sol"
“las cuatro patas de mi cama pueden soportar toneladas de bipolaridad”
“arréglame, arréglame, arréglame”
“no pararemos a dormir, bailarás mi rubia para mí”
“Demasiado tarde, parece que amaine el temporal, midiendo los destrozos… ya no sabes si es mejor abandonar”
“No quiero un final feliz, sólo quiero serlo. Repartir el amor, retrasar el momento de irnos. Y al despegarnos no dejar inmolarse el pecho. Repartir el placer prolongar el encanto de vernos”
“Y quiero que vengas conmigo a cualquier otra parte”

Mira, que no sé si me estoy explicando. Aquí la cuestión es que creo que he descubierto que prefiero ser un libro abierto a estar cerrada. Hablar, compartir. Dejar de ocultar y aparentar. Dejar de manejar, de jugar con estrategias. Mostrarme sensible, vulnerable. Porque lo soy. Lo estoy. Que tengo muchos momentos malos. En los que me agobio, me saturo. En los que reviento y exploto. En los que necesito un abrazo o desaparecer. Y en los que supongo que es difícil estar a mi lado. Pero también sé que tengo muchos momentos buenos. Muchas ganas de reír. De salir, de descubrir. De aprender. De bailar. De disfrutar. Que tengo mucho amor para dar. Y lo doy. Y que si estás ahí, yo también lo estaré siempre.

12.10.18

a ti

mi habitación desordenada quizá sea un reflejo del estado de mi corazón,
y me recuerda a ti.

las series de la tele me recuerdan a ti.

la comida que preparo me recuerda a ti.

el sofá de mi casa me recuerda a ti.

salir de casa me recuerda a ti.

volver a casa me recuerda aún más a ti.

los sitios a los que no fuimos me recuerdan a ti.

los abrazos que aún quiero me recuerdan a ti.

30.9.18

Cuando te pido es porque me estoy exigiendo.
Cuando te busco es porque no me encuentro.
Cuando te abrazo es porque me desintegro.

Cuando me voy... es probable que esté huyendo.
Es domingo, casi de noche y yo tengo la habitación aún desordenada. Tengo el cuello rígido y noto la tensión desde el inicio del cráneo hasta mis ojos. Noto como palpita la sangre por todo ese recorrido. Me duele, me marea. Me siento confusa y sé que estar enfrente del ordenador no es la mejor idea, peroyoquesé; lo necesito. Porque creo que esto no es más que la somatización de mis emociones y, aunque no voy a decirlo en voz alta, seguramente publique esto en todas partes. Porque os voy a alejar a todos, pero os necesito. Lo siento, no sé hacerlo mejor. Maldito apego evitativo huidizo.

Iba a escribir que me siento sola, pero realmente no es tan sencillo. Sólo siento que me viene grande. Que me faltan cosas. Que no sé llegar. Que tampoco sé parar. Que esto sería más fácil si... pero no. Ya no es. Estoy sola. No sé si me explico. El caso es que tengo un futuro a medio tejer porque me falta la lana. Y tengo agorafobia; no puedo salir de casa. Y observo cómo los demás entran, salen. La compran y, si no les gusta, la cambian. Y pueden. Y yo no. Yo no.

7.9.18

#31

salir de la zona de control.

22.8.18

cómo no me va a da miedo que te aburras conmigo
si lo más atrevido que hago es no usar los guantes en la zona de panadería de Mercadona

23.7.18

#30

Siempre termino tragándomelo todo,


y si no que se lo digan a mi novio.

29.5.18

no te imaginas lo guapo que estás cuando tienes la cabeza entre mis piernas.

23.4.18

#29

para qué tocarte pensando en mí
cuando podrías estar follando conmigo.

18.4.18

miembro fantasma

Estoy en la cama sin poder dormir. Dándole vueltas a porqué las cosas se van cuando menos te lo esperas. Tan rápido. Ni te das cuenta. Pensando en que sé que ahora tendré que hacerme cargo de ignorar a este miembro fantasma, esta sombra que se queda cuando alguien se va.
Estoy intentando no recordar. Pero recuerdo. No sé el día, ni la hora. Pero era de noche. Mi habitación ya olía a sexo. Estábamos bañados en sudor y neurotransmisores. Me habías dicho que sólo querías follarme a mí unos minutos antes. Me habías dicho que hacía mucho que querías tener lo que tenías conmigo tan solo unos instantes antes. Tu cuerpo y el mío estaban pegados y ardiendo. Nos apretábamos tanto. Follábamos tanto. Que, joder, “te quiero”.

8.4.18

#28

los domingos son menos domingos si huelen a sexo y no a tristeza.

3.4.18

has llegado al metro de las 22:56

Estaba contigo, en silencio, notando ese leve mariposeo cerca de la boca de mi estómago. Y, no sé, no he podido evitar decírtelo:

t e  q u i e r o.

Y tú te das cuenta de lo que me cuesta pronunciarlo, pero aún así te gusta. Y me lo dices. Y te gasto una broma. Sonreímos.
Y me parece que tu cuerpo está muy lejos del mío, aunque estemos pegados. Así que me subo en tu pecho y me tumbo, esperando que la fuerza de la gravedad me ayude en mi intento de fundirme contigo.
Y no hace falta nada más. Nos abrazamos en silencio mientras poco a poco se va haciendo más oscuro. Más íntimo. Y las velas de mi mesita parecen saberlo también, porque se consumen y se apagan.
Y el silencio me deja oír tu respiración. Notar tu corazón. Casi puedo escuchar el roce de tu mano contra mi culo. Tú piel está caliente, la mía fría. Y me dejo llevar por la caricia. Y absorbo cada detalle.
Y no me quiero mover. Y menos aún que te marches. 
Así que ojalá fuera un llaverito para que me pudieras llevar a todas partes.

15.3.18

parada de metro de Colón

Acabo de hacer la cama que ya no deshacerás.
Acabo de poner el incienso que ya no olerás.

Y es que ahora mis sábanas sólo olerán a mí.
Mis manos sólo me tocarán a mí.
Mis paredes ya no me escucharán gemir.

Ya no habrá más besos en la parada de metro de Colón.
No habrá abrazos por las mañanas.
No comeremos churros para desayunar.
Nuestros ojos no se encontraran...

Y todo porque tú eres demasiado tú,
y yo soy demasiado yo.

7.3.18

seis de marzo de dosmildieciocho

Que aún no os habéis enterado de que conmigo hay que ir con todas las intenciones puestas. Que basta ya de aguantarse las ganas. De esconderse. De jugar al despiste. De pensar.

B a s t a.

Que vengas aquí. No te pongas el cinturón. Acelera. Siente el impacto. Sal volando por los aires. Salta. Tírate. Deja el puto paracaídas. Por favor, lánzate. Grita. Todas las letras. Hasta la última vocal. No te dejes ni una consonante. Dímelo todo.

Sólo respira, llena tus pulmones de mí. De ti. De vida. Tócame con tus manos. Siente mi piel contra tu pecho. Besa cada espacio de mi cuerpo. Abrázame. Apriétame. Estrújame. Y, por favor; háblame. Que la única lengua que muerdas sea la mía, no la tuya.

Que dejes el miedo. Las expectativas. Las rumiaciones. Basta de anticipaciones.
Que ya vale, joder. Deja de jugar con la cuerda, porque aquí sólo vale volverse loco.

28.2.18

Qué rabia da saber que cada vez que traigo tu recuerdo a mi mente lo modifico.
Sin querer.
Lo destrozo, lo distorsiono, lo cambio.
Y, joder, hasta eso ha dejado ya de ser real.

9.2.18

hay abrazos que calman
abrazos que mitigan
abrazos que alivian
abrazos que sacian.

hay abrazos que rompen
abrazos que envuelven
abrazos que destruyen
abrazos que revuelven.

hay abrazos que anclan
otros que desencajan
abrazos que saben a poco
abrazos que están de más.

hay abrazos que,
simplemente,
te dan la puta vida.
y otros que,
simplemente,
lamen un poco tus heridas.

28.1.18

Follarte con palabras
Besarte con los dedos
Acariciarte con la voz
Comerte con el cuerpo

Soñarte sin dormir
Pensarte sin querer
Mirarte sin ver
Abrazarte sin poder

19.1.18

#27

no me gusta que me pongas debajo,
si ya sabes que yo sólo sé besar de puntillas.

10.1.18

#26

duele porque me quiero,
dueles porque yoquése.

7.1.18

#25

no entiendo porqué me miras como si pudieras enamorarte,
cuando estás muerto por dentro.

3.1.18

#24

el problema es que yo sólo pienso en ti,
y tú también.

1.1.18

#23

alguien que quiera bailar conmigo absolutamente cualquier canción.