yo no soy ningún juego.
ese es el problema.

:)

Siento las mariposas. Siento la magia cuando estamos tumbados en la cama y me giro un poco para mirar hacia arriba y ver tu cara. La siento. La magia, quiero decir. La siento cuando observo tus pestañas o los pelitos que crecen un poco a lo loco en tu barba.
La siento cuando sonríes, cuando te ríes. Fuá, creo que me estoy obsesionando con tu sonrisa. No me hace falta tenerte aquí para verla con total claridad. Cuando me miras desde la puerta de mi habitación por las mañanas. Cuando nos damos besos tontos. Cuando estás mirando hacia el techo. Cuando nos decimos "te quiero" al despedirnos en el ascensor. Cuando te empiezo a clavar los dedos en el cuello mientras me tocas. Cuando nos abrazamos después de follar.

Tu risa.
Tu sonrisa.

Siento las mariposas.

que me de tiempo

he vuelto a soñar contigo. la verdad es que sigue siendo demasiado anxiógeno.
nunca son sueños del “antes de”, sino que revivo todo el miedo, la angustia y el pánico. el palpitar en el pecho porque esta vez, de verdad, todo se acaba.
y te observo reír y temblar a la vez. y me observo hecha un nudo frente a ti, desesperada porque me de tiempo a que sepas que te quiero.
que me de tiempo, joder. quiero que me de tiempo.

¿os cuento un secreto?

¿os cuento un secreto?

los sábados por la mañana me hago la dormida para observar con disimulo que a veces me mira y sonríe.

qué cosas. 

el despertador se convierte en mi canción favorita cuando da paso a que reajustemos nuestros cuerpos en la cama para abrazarnos.

primera alarma: se gira y apoya su pecho a mi espalda.

segunda alarma: me giro y nos abrazamos de frente.

tercera alarma: se tumba boca arriba y me abrazo a él.

y no quiero que el revoloteo de alas que hay en mi tripa me haga volar a ninguna parte. sólo quiero seguir con la cabeza apoyada en su hombro, notando la piel de mi mejilla en contacto con la de su pecho, encajando mis piernas en el hueco de sus rodillas.

con los pies en la tierra, tocando “mare”.

llevo toda la vida escribiendo sobre los momentos en los que te he odiado,
¿cómo cojones escribo ahora sobre que te quiero?

salgo del ascensor, te giras tras la puerta, me miras y sonríes.

y hasta me sabe bien que la puerta me golpee en la cabeza

si eso sirve para que nuestros labios rían pegados mientras me besas.

#35

nunca seas mi clavo ardiendo
porque acabarás siendo tú quien se va a quemar.

de repente.

Y de repente veo que ya no me siento como solía hacerlo;
 rodillas dobladas, pie derecho por encima del muslo izquierdo,
espalda recta, hombros relajados.

No.

Ahora curvo la espalda y entonces se cierra el pecho.
Y, así, claro, ¿cómo no iba a costar más respirar?
Si aplasto los pulmones,
si encojo el corazón...

Y de repente lo veo. El fallo, el error.
El descuido de lo simple. De lo mío. De lo esencial.

Y entonces lo noto: es sencillo. Pies sobre la esterilla o libro sobre las manos.
Sin meta.
Sin exigencias ni perfección.
Sin tomar apuntes. Sin nota para examen.
Simplemente para mí.

en ti, en él

vuelvo a casa con un poco de alcohol en sangre y dos ideas me rebotan en la cabeza y en el corazón
sin lógica, sin razón
sin consonancia ni concordancia
pero ahí están, al unísono.

no sé cómo lo hacen; pero están.

pienso en ti
en tu pelo, en tus ojos.
joder, tus ojos.
su forma, su color; las motitas en el iris.
no sé.
los veo mirando la pantalla del móvil.
veo las pestañas. joder, las veo.
veo el relieve de tus labios, tu barba.
los veo.
veo tus manos, pienso en su textura;
no es suave, pero tampoco es demasiado dura.
las pieles levantadas de las cutículas de tus dedos.
y me imagino bajando mis dedos por tu cuello...
lo veo.
tus pecas, tu pecho.
rodeo tu ombligo.
lo siento.

te siento, en serio, te veo.

y le veo a él.
también veo su pelo, sus ojos.
sí, lo veo.
veo sus manchas en la piel, la forma de sus dedos.
no sé.
lo veo.
le veo acostado en la cama del hospital mirando el móvil,
con las gafas demasiado sucias,
con el miedo demasiado lleno...
yo que sé,
le veo.
le veo levantándose temblando,
le veo mirando por la ventana de la habitación del hospital.
yo que sé,
le veo.

en serio, cerebro, no sé cómo lo haces para mezclar dos sensaciones tan dispares y tan intensas, sin que yo muera en el intento.

rendirse

quiero abandonar la batalla y no sé dónde c*** he dejado la bandera blanca.

#34

Desagradecida. Egoísta. Exagerada. Hipócrita. Inútil. Imbécil. Capulla. Ruín, Malnacida.

Hoy me he levantado con él y eso hace más fácil empezar el día. Me despierto, le abrazo, le beso la parte de atrás del cuello. Encajo mis rodillas en el hueco de las suyas, noto el calor. Cierro los ojos y la sensación me calma y me permite dormir otra vez.

#33

vuelven los pensamientos que no cesan, que se inyectan e inundan todo mi sistema sanguíneo, todo mi cuerpo. 
vuelven las emociones que abrazan tan fuerte que ahogan.

y no puedo poner distancia.
no puedo hacer nada.

no puc.