1.9.20

 No soy débil, pero sí vulnerable.


La cuidad se está despertando poco a poco. Ya casi no necesito que la luz del salón esté encendida porque entra un brillo claro por la ventana. El sonido de los coches pasando por la avenida cada vez es más constante y seguro que en pocos minutos necesito cerrar la ventana porque las obras darán de nuevo comienzo.

Estoy aquí porque apareces en el peor momento. En esa parte de mi ciclicidad en la que me siento pequeña, indeseable y demasiado quieta. Aburrida, insulsa. Qué se yo.

El caso es que apareces, como si contestaras a mi llamada, y se me hunde el pecho.

Veo como el asfalto que estaba poniendo en mi suelo se deforma. Como en aquella calle de mi pueblo que, justo unos días después de ser arreglada, quedó destrozada tras una lluvia.

Y me obsesiono con esto, con aquello. Con qué haces, dices, piensas. Con qué no hago, ni digo, ni pienso. Con qué tienes, enseñas, aparentas. Con qué no tengo, ni enseño, ni aparento.


Sé que no hablo de ti.

Hablo de la imagen que tengo de mí. Donde me veo con la columna curvada, la tripa hinchada y los dientes saltones.

¿Tiene sentido algo de lo que digo?


El caso es que apareces y se me hunde el pecho.

Y me repito:

no soy débil, pero sí vulnerable.

30.8.20

Es el segundo día consecutivo que nos despertamos desnudos.

Y, cuando repaso los momentos en mi mente, no sé si me gusta más

aquel en el que estoy acurrucada en tu pecho

y agarras de esa forma tan tuya mi cabeza,

notando las yemas de tus dedos en mi frente.

O aquel otro en el que, después de despertarnos ligeramente,

nos giramos al unísono hacia el mismo lado

y me abrazas por la espalda

sintiéndolo todo

piel con piel.

25.8.20

Hay días que, al vibrar la alarma de mi xiaomi mi band,

abro los ojos y ya noto cómo el vacío está acostado al otro lado de la cama

y me levanto despacio, para ver si consigo no despertarle un día más.

Pero tiene el sueño ligero y siempre se despierta.

Entonces se sube a mis hombros, como un niño pequeño

que quiere que juegue con él el resto del día.

7.8.20

hoy me he levantado y estás desnudo en mi cama,

la gata descansa a tus pies, la perra reposa cerca de tu cabeza

y creo que mi corazón también está reposando en algún lugar de esa cama.

he pensado en inmortalizar el momento en una foto,

pero anoche nos besamos como hace tiempo no hacíamos

y, si eso no lo puedo inmortalizar ni tan siquiera en mis recuerdos,

me doy cuenta de que lo importante es soltar y disfrutar de ese momento.

9.5.20

césped artificial

Te has acunado en los momentos en los que cada día era primavera,
donde el sol os calentaba sin quemar.
Has usado los recuerdos como manta, te has envuelto en ellos,
te has atado a las patas de aquella cama.
Y no quieres escapar.
Te niegas al paso del tiempo, al crecimiento y al progreso.
Quieres que la naturaleza de los vínculos sea un terreno muerto, con apariencia fértil.
Como quien tiene un césped artificial y pretende que en él crezcan flores.
Has llenado la regadera de agua y has intentado hidratar una Tierra inexistente,
consiguiendo sólo un corazón empapado.

13.2.20

versión diluida

Me pierdo en ti. Me diluyo y desaparezco.
No lo haces tú; me lo hago yo.
Me borro del mapa ante tu imagen. Me convierto en tu sombra. Nada más.
Y, por eso, cuando te vas me duele el estómago. Se queda tan vacío. Me dejo tan vacía.

Quiero dejar de fundirme en ti
Quiero dejar de ser una versión diluida.

10.2.20

seguro que estás en este apego inseguro

te he encontrado dentro de un pen, en un word que lleva tu nombre, apellidos y sello personal. me ha revuelto la tripa, como si de una sorpresa desagradable se tratara encontrarte ahí. pero, ¿qué sorpresa va a ser? estoy mirando tu pen en tu ordenador; claro que estás.
te veo frente a él, como ahora lo estoy yo, redactando aquellos escritos.
ahora soy yo quien lo hace, en el mismo ordenador.
estoy tecleando las mismas letras que tecleabas tú.
ahora mis dedos son tus dedos.
no sé, ¿lo entiendes?
qué difícil sigue siendo saber que no estás
¿cómo siento la ausencia de lo ausente?
no sé hacerlo.

viene la culpa por lo hecho, pero sobretodo, por lo no hecho.
y, de nuevo, voy huir de ella.

¿en serio no estás?
claro que sí.
formarás parte de mí
formarás, seguro, parte de este apego inseguro que me guía siempre.

no sé, ¿lo entiendes?

te quiero.
sea como fuere, te quiero.

21.1.20

listado de razones

quizá sea por el color de mi pelo,
o por su largo,
quizá sea por la curvatura o el espesor de mis pestañas.
por la forma de mi nariz,
por el tamaño de mi boca.

quizá sea por lo pequeño de mis pechos
o por la dimensión de mis pezones,
por la circunferencia de mi cintura
o por el vello que tengo en la tripa.

quizá sea por la forma de mi culo
o el tamaño de mis labios menores.

o quizá sea por mi forma de besar,
de abrazar,
o, qué se yo, de pensar.

¿qué será, María?
¿qué será?