Miraba y no había nadie.
Faltaban cosas
No quedaba aire
Se desvanecían sus ganas
Se fugaba su sangre
No veía nada,
Ya no había nadie.
Miraba y no había nadie.
Faltaban cosas
No quedaba aire
Se desvanecían sus ganas
Se fugaba su sangre
No veía nada,
Ya no había nadie.
Te sentí.
Sentía tu cuerpo sobre mi pecho. Débil, herido.
Sentía tu respiración ahogada. Suplicante.
Notaba tu sangre, transparente y fría, cayendo lentamente por mis costados.
Y mis manos estaban inertes, estúpidas. No podían auxiliarte.
Y te he perdido.
Ya te has ido.
Aún oigo tu maullido desde aquí.