20.11.17

de tronco del encéfalo a corteza prefrontal

Cuánto desearía poder entrar en tu mente.
Me imagino buceando de lóbulo a lóbulo cerebral. Fascinada por la complejidad de tus conexiones sinápticas y por la rapidez de tu transmisión neuronal. Bañada por dopamina, serotonina, noradrenalina.
No cambiaría nada; te dejaría tal como eres. No busco modificarte. Sólo quiero saber qué núcleo se te activa al verme. Qué neurotransmisor segregas cuando me tocas. Qué hace tu sistema límbico si me besas.

15.11.17

en la boca tengo flores

He soñado que me despertaba y había plantado un campo de flores a los pies de mi cama. Hundía los pies en la tierra y el sol entraba fuerte por la ventana. Entonces entendía que de alguna manera habías averiguado que seguía triste y habías decidido llevarme la vida a mi pequeña habitación de Benimaclet.

13.11.17

no eres tú, soy yo

No tengo aire, joder. Estoy respirando en una bolsa de papel en la que ya sólo queda dióxido de carbono. Quiero dejar mi cerebro sin oxígeno, a ver si de una vez para. Se detiene. Se apaga. Turn off. Basta ya, joder.

Basta, ¿no ves el daño? ¿no ves la herida? ¿no ves la grieta? ¿no ves los boquetes que vas dejando? ¿estás ciega?

Que no hay tila ni droga que te calme esto. No hay refuerzo positivo que te vaya a hacer olvidar. No hay extinción que te vaya a curar. Que eres tú la que funciona mal. Que eres tú la que te estás jodiendo.

Que no es culpa de nadie. Que son tus expectativas las que ponen una pistola en tu cabeza. Que eres tú la que aprietas el gatillo en la sien cuando no ocurre lo que deseas. Que eres tú. Joder. Que eres tú. Eres tu propia mierda. Tu puta enemiga. La zorra que te quema. La villana de tu vida. La grandísima hija de puta que te ahoga. La que tiene guardada bajo la manga la soga que continuamente rodea tu cuello. Que tú misma te la pones ahí, con cariño. Tú misma te cuelgas del techo. Tú misma te pones al filo del precipicio. Que nadie te empuja. Que tú saltas. Idiota. Imbécil. Maldita gilipollas.