30.9.18

Cuando te pido es porque me estoy exigiendo.
Cuando te busco es porque no me encuentro.
Cuando te abrazo es porque me desintegro.

Cuando me voy... es probable que esté huyendo.
Es domingo, casi de noche y yo tengo la habitación aún desordenada. Tengo el cuello rígido y noto la tensión desde el inicio del cráneo hasta mis ojos. Noto como palpita la sangre por todo ese recorrido. Me duele, me marea. Me siento confusa y sé que estar enfrente del ordenador no es la mejor idea, peroyoquesé; lo necesito. Porque creo que esto no es más que la somatización de mis emociones y, aunque no voy a decirlo en voz alta, seguramente publique esto en todas partes. Porque os voy a alejar a todos, pero os necesito. Lo siento, no sé hacerlo mejor. Maldito apego evitativo huidizo.

Iba a escribir que me siento sola, pero realmente no es tan sencillo. Sólo siento que me viene grande. Que me faltan cosas. Que no sé llegar. Que tampoco sé parar. Que esto sería más fácil si... pero no. Ya no es. Estoy sola. No sé si me explico. El caso es que tengo un futuro a medio tejer porque me falta la lana. Y tengo agorafobia; no puedo salir de casa. Y observo cómo los demás entran, salen. La compran y, si no les gusta, la cambian. Y pueden. Y yo no. Yo no.

7.9.18

#31

salir de la zona de control.