Escucho a Pucho en mi cabeza, me grita "aprender que rendirse no es una opción", y me pregunto si es verdad.
No puedo pensar en mucho más, mi cabeza está tan llena de nada. Intentando grabarlo todo. Los surcos de sus labios, el número de sus pestañas, las arrugas que se forman en su frente, la presión de sus manos.

Dónde está el límite.
Dónde está lo que es suficiente.

¿Conformarse sí es una opción?